Paz y Bien Papitos:
Hemos
comenzado el Año Santo de la Misericordia, un
tiempo especial en el que el Papa nos invita a vivir el amor para convertirnos
más, y de este modo asemejarnos más al Señor Jesús.
En este
año estamos llamados a vivir de modo especial la misericordia, virtud que nos
lleva a sentir con el que sufre, a solidarizarnos con el que padece, a no ser
indiferentes. “Miser” viene de una palabra latina que significa miseria,
pobreza. Y “cordia” de otra que significa corazón. Es
tener un solo corazón con el que te necesita, sentir con el que sufre, hacerte
uno con el necesitado. Muy
semejante a la palabra com-pasión: “padecer-con”. Por lo tanto es un año muy importante
para vivir el perdón. Cuando los cristianos vivimos la virtud de la misericordia, reflejamos el rostro más hermoso de la Iglesia. Damos testimonio
que somos un cuerpo donde Cristo es la cabeza y nosotros los
miembros: si uno padece, compromete al cuerpo entero, todos sufrimos,
nadie es indiferente, todos salimos al encuentro del hermano que nos necesita.
¿Cómo
vivir este Año Santo de la Misericordia? El Papa Francisco nos ha dejado un camino muy concreto y claro:
vivir las obras de misericordia, corporales y espirituales.
¿Cuáles son las obras de misericordia?Hay catorce obras de misericordia: siete corporales y siete espirituales.
Obras de misericordia corporales:
1) Visitar a los enfermos
2) Dar de comer al hambriento
3) Dar de beber al sediento
4) Dar posada al peregrino
5) Vestir al desnudo
6) Visitar a los presos
7) Enterrar a los difuntos
Obras de misericordia espirituales:
1) Enseñar al que no sabe
2) Dar buen consejo al que lo necesita
3) Corregir al que se equivoca
4) Perdonar al que nos ofende
5) Consolar al triste
6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
Las obras de misericordia corporales, en su mayoría surgen de una lista hecha por Jesucristo en su descripción del Juicio Final.
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